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domingo, 19 de abril de 2015

Datos sobre el libro ''El fenómeno humano''

 

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

El fenómeno humano de Pierre Teilhard de Chardin

 

Reseña y apuntes por Alejandro Zamponi

 

 

 

 

 

¿La humanidad puede seguir así; creciendo en número, en desigualdades, en depredación?

 

El contexto azuza la angustia y fuerza la reflexión; la respuesta reclama a gritos un marco teórico. Aunque los desafíos que la humanidad enfrenta son cada vez más difíciles y, en este sentido pareciera que no existe ninguna referencia útil en el pasado, veremos que hay una obra de 1940 que no sólo ofrece un marco teórico para pensar, por ejemplo, el problema del calentamiento global, sino que se caracteriza precisamente por explicar el presente y anticipar el futuro, a partir del pasado. En particular, la lectura contemporánea de esta obra permite pensar a la Web 2.0 como un vehículo hacia una conciencia superior y colectiva.

 

El fenómeno humano de Pierre Teilhard de Chardin sintetiza décadas de investigación paleontológica y reflexión. Se trata de un ensayo que rompe con todos los parámetros de su época. La razón de esta singularidad se debe a que el autor francés fue además de un destacado paleontólogo —encontró los restos del Hombre de Pekín—, un sacerdote jesuita que comulgaba con la fe cristiana. De allí que su obra no sólo fuera prohibida por sus superiores eclesiásticos, sino que también fuera desestimada por la comunidad científica, que la consideró metafísica. El actual desarrollo de la física cuántica invita a reconsiderar esa opinión.

 

El ensayo fue publicado póstumamente en 1955 y está dividido en cuatro partes: Previda, Vida, Pensamiento y Sobrevida. Cada una de estas partes representa una etapa en el fenómeno del ser humano, visto desde una perspectiva muy amplia: el hombre no sólo como descendiendo —o más bien asciendiendo— del mono, sino como el resultado de trescientos millones de años de evolución orgánica.

 

El planteo general de la obra es sencillo. Desde el surgimiento de la conciencia reflexiva, el ser humano invirtió una o dos docenas de milenios en llegar hasta la modernidad. Justamente en ese período, la civilización occidental alcanzó tal desarrollo cultural, científico y técnico que consiguió percibir por primera vez al Universo y a la Evolución en sus verdaderas magnitudes. Uno de los efectos indeseados de esta ampliación del conocimiento fue que los individuos adquirieron una creciente angustia que la ciencia y la filosofía no pudieron, ni pueden resolver.

 

En consecuencia, para Teilhard de Chardin, mientras el hombre no consiga superar esa angustia existencial, continuará estancado, enredándose en sí mismo, produciendo desigualdades sociales, guerras, hambrunas y contaminación. De manera que se presentan dos alternativas: o los seres humanos superan su angustia a través de la fe en un estado superior y evolucionan hacia un superorganismo formado por la interconexión de las conciencias individuales (ver apartado Web 2.0: hacia un estadio superior de la noosfera), o se estancan y se ahogan en la angustia creciente de una reflexión socializada.

 

De acuerdo con la idea de que la energía consciente está construida a base de esperanza y de que sólo la acción colectiva podría modificar el estado espiritual del mundo, Teilhard de Chardin ofrece en la cuarte parte "invitaciones racionales para un acto de fe". Antes de ver sus argumentos, introduzcamos los conceptos de su marco teórico.

 

 

Marco teórico

 

La hipótesis principal del ensayo es que la Evolución del Universo y del ser humano tiene un sentido: la materia se complejiza para dar lugar a mayores niveles de conciencia. A lo largo de la obra, el autor reconstruirá cómo el átomo dio lugar a las moléculas y macromoléculas, cómo las macromoléculas dieron lugar a las células —mínimas unidades de vida orgánica—, cómo surgieron las diversas especies vegetales y animales y finalmente refiere la aparición del hombre. Desde esta perspectiva, un mayor nivel de complejidad y conciencia, está asociado a una mayor duración. Al ser la humanidad la más joven y compleja de las especies, el autor la considera "la flecha ascendente de la evolución en el Universo".

 

Según Teilhard de Chardin todo tiene conciencia, en diferentes graduaciones. En el caso de las piedras y los átomos, los niveles son tan ínfimos que la ciencia hasta ahora no ha conseguido percibirlos. Esto es problemático, porque aunque rica en consecuencias, la afirmación de que todo tiene conciencia es incontrastable y en ese sentido metafísica. En todo caso, el autor sostiene que la "trama del Universo" constituye estructuralmente un todo, de manera que si en un punto del Universo la materia tiene un interior, entonces la trama del Universo es bifaz por estructura y todo tiene un interior o conciencia.

 

Relacionado con esto, el autor introduce las nociones de energía tangencial y radial. Mientras que la energía tangencial es la tradicionalmente considerada por la física, la energía radial es la responsable de la evolución y la sospechada de metafísica. Más adelante veremos que ambas energías convergen en un punto trascendente llamado "Punto Omega".

 

Otra concepción fundamental en la obra del paleontólogo francés es que los fenómenos sociales son procesos orgánicos. Es decir que la historia humana prolonga los movimientos orgánicos de la vida, readaptándolos a su condición reflexiva. Reproducción, multiplicación, renovación, conjugación, asociación y aditivadad dirigida, serían los métodos mediante los que nacen, se multiplican y evolucionan las naciones, los Estados y las civilizaciones.

 

El fenómeno de asociación sería una consecuencia casi inevitable de la multiplicación y un método de perfeccionamiento biológico, además de "uno de los mecanismos más universales, más constantes y más significativos utilizados por la Vida para su expansión". Por su parte, la aditividad dirigida u ortogénesis, sería la responsable de la ascensión de la Vida hacia formas de complejidad superior. En este sentido, el autor considera que la educación es la principal forma de ortogénesis que tiene la humanidad. En efecto, sin educación el hombre no podría transmitir y registrar niveles progresivamente mayores de complejidad cultural.

 

 

 

 

Fuente:

 

 

https://zamponi.wordpress.com/2010/08/24/el-fenomeno-humano-de-pierre-teilhard-de-chardin/

 

 


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La libertad no hace felices a los humanos..., simplemente los hace humanos.

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