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lunes, 19 de mayo de 2014

Benjamin Button y la teoría del caos. Cine y ciencia

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

El curioso caso de Benjamin Button y la teoría del caos

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=Nv0p8Ya1vXU

 

 

 

 

Ignacio Iglesias

 

Últimamente me he topado con varias películas de David Fincher, uno de los directores más aclamados del actual Hollywood, y la verdad no es para menos. El curioso caso de Benjamin Button está llamada a ser (o al menos lo intenta) una de esas películas de culto, de esas que son míticas, que estamos obligados a ver aunque no nos guste el género y que, como no, tenemos que armarnos del valor de aguantar mucho tiempo en una butaca para verla (tres horas en este caso).

 

Benjamin nació con la apariencia y fisiología de un anciano de 88 años, pero con las dimensiones de un recién nacido. Aterrorizado ante tal acto, su padre decide abandonarlo en la entrada de una casa, que resultó ser una residencia de ancianos.

 

Al tiempo que los ancianos de dicha residencia van envejeciendo y muriendo, Benjamin va rejuveneciendo su aspecto a la vez que va creciendo con las mismas ideas y pretensiones de un niño. Todo ello hará que la vida de Button tome un especial camino, un punto de vista que no deja de ser "curioso", pero que al fin y al cabo es una vida más.

 

Una de las cosas que más llaman la atención del filme es lo conseguido que está el simular una vida entera de multitud de personas, tecnológicamente hablando. Es asombroso ver cómo han conseguido que Brad Pitt parezca un anciano de siete años, o cómo se van notando los años en los personajes al mismo tiempo que Benjamin va rejuveneciendo.

 

Técnicamente la cinta no tiene ningún punto a reprochar, se nota que Fincher sabe del tema y sabe sacarle el mejor punto a cada plano. Todos y cada uno de los planos generales que aparecen en la película me han asombrado: La escena en la que Daisy balia para Benjamin, las del barco, aquella en la que aparecen imágenes sobre la guerra, o simplemente la vista que se puede apreciar desde la ventana, cuando Button se despide de un viejo amigo y lo ve marchar.

 

Toda la película es contada a través de las lecturas de un diario que le hace la hija de Daisy, en el lecho de muerte de esta. La narración me ha resultado un poco molesta. Se hace un poco pesada, eso sí, en la versión en castellano. Escuchando el trailer en inglés me da la impresión de que ese punto está bastante mejor conseguido.

 

La historia en sí está muy conseguida, aparecen muchísimos personajes de los que es difícil olvidarnos y a casi todos ellos se les toma algo de cariño. Es quizá uno de los puntos que más me ha gustado en la película, aquí no todo es Pitt Pitt Pitt y un poco de Blanchet, sino todo lo contrario. A veces ese cariño se coge a los personajes porque se profundiza en ellos, se muestran sus sueños, sus pensamientos o consejos, dejando a Benjamin Button como un simple observador de todas esas vidas que pasan a su alrededor, sobre todo en la primera mitad de su vida.

 

En ese sentido le he perdido la gracia al film cuando Benjamin llega a su juventud, cuando todo empieza a ser Pitt Pitt Pitt y un poco de Blanchet y lo más importante que contar (o enseñar) es lo guapetón que se vuelve Brad Pitt.

 

Al margen de todo lo que es la historia y la película, me he encontrado con una de las escenas que mas me han impactado y encantado en mucho tiempo, ya que trata sobre un tema que a veces me pregunto.

 

Hay ocasiones en las que decisiones y hechos tan importantes en nuestra vida se han llevado a cabo gracias a múltiples casualidades que se encuentra uno por la suerte, azar, casualidad, destino... llamémosle como mejor nos parezca.

 

La teoría del caos llevada a la realidad: Hechos y personas en un lugar del mundo pueden estar conectados y ejerciendo influencia sobre hechos aislados y personas ajenas. ¿Existe el destino? ¿El devenir es accidental? ¿Nuestras decisiones hacen nuestro futuro? ¿Es sólo una sucesión de causas y consecuencias?

 

 

Fuente:

 

http://www.ignacionario.com/2010/12/el-curioso-caso-de-benjamin-button-una.html

 

 

 

 

El cambio y la teoría del caos. Redescubrimiento personal

 

 

¿Existe el destino? ¿El devenir es accidental? ¿Nuestras decisiones hacen nuestro futuro? ¿Es la existencia simplemente una sucesión inevitable de causas y consecuencias?

 

Me gustaría que vierais el vídeo de la película "El curioso caso de Benjamin Button", un hombre que nace con 80 años y va cumpliendo años hacia atrás haciéndose cada vez más joven. En este fragmento, se lleva a la realidad la teoría del caos: hechos y personas en un lugar del mundo, pueden estar conectados y ejercer influencia sobre hechos y personas lejanas.

 

"La teoría del caos" se ha convertido en un método de estudio de la realidad y es uno de los pilares más serios y fundamentales de la ciencia moderna.

 

Uno de los padres de esta teoría fue Edward Lorenz, un matemático y meteorólogo estadounidense. En 1963, experimentando sobre el comportamiento de la atmósfera en modelos computarizados, calculó el cambio en las condiciones atmosféricas frente a unas pequeñas modificaciones de temperatura programadas. Los resultados fueron sorprendentes: cambios insignificantes en los valores de algunas variables meteorológicas, resultaron modificar el panorama atmosférico de una forma gigante e impredecible. De aquí nació el dicho popular del efecto mariposa que dice: "el aleteo de una mariposa en Hong Kong causará un tifón en México", haciendo referencia a que por más insignificante que parezca una circunstancia, siempre acarreará algún tipo de consecuencia importante.

 

Por primera vez en la historia de la ciencia alguien caía en cuenta de que los sistemas complejos de la naturaleza como la atmósfera, no funcionan de forma lineal y predecible, ya que pequeños cambios en las condiciones iniciales no producen cambios proporcionales en los resultados, sino que alteran el sistema de una forma insospechada y caótica.

 

Sin embargo, es necesario aclarar que la palabra "caos" no hace alusión a desorden, sino precisamente a un orden tan complejo, que es prácticamente imposible descifrarlo usando las herramientas de razonamiento lineal.

 

Posteriormente este principio sería extrapolado y aplicado a una infinidad de saberes como los sistemas biológicos, la herencia genética, la homeostasis celular, la salud, la evolución de una epidemia, el nacimiento de estrellas y planetas, las oscilaciones bursátiles de los mercados de valores...

 

La teoría del caos no debe ser considerada como algo perteneciente solo al campo de las ciencias. Es también una herramienta valiosa para entender el comportamiento de la conducta humana y social.

 

Debemos ser conscientes de que un hecho, un acto, una modificación, una palabra, una mirada, una omisión, una buena o mala decisión etc. siempre producirán efectos importantes para el futuro, aunque no seamos capaces de observarlos al corto plazo. Un pequeño cambio puede generar grandes resultados.

 

Un viejo refrán inglés ya nos advertía sobre la importancia de las cosas pequeñas y sus repercusiones:

 

 

Por culpa de un clavo se perdió la herradura.

Por culpa de la herradura se perdió el caballo.

Por culpa del caballo, se perdió el jinete.

Por culpa del jinete, se perdió el mensaje.

Por culpa del mensaje, se perdió la batalla.

Por culpa de la batalla, se perdió el reino.

 

 

Hay muchos hechos en nuestra vida que consideramos intrascendentes; sin embargo, pueden cambiar nuestras vidas. La vida como un sistema dinámico es la suma de infinitos recomienzos, cada uno de ellos influyendo en el siguiente…

 

"Si quiere cambiar profundamente las cosas, entonces sea sutil. Pequeñas sutilezas, espontáneas y honestas de cada uno de ustedes, genera infinitas ramificaciones de retroalimentación, que, como las alas de la mariposa, van penetrando en el corazón del poder y lo transforma".

(Ricardo A. Kleine Samson)

 

 

Fuente:

 

http://siyocambiotodocambia.blogspot.mx/2012/05/el-cambio-y-la-teoria-del-caos.html


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