Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.
SE DESCUBRIÓ QUE...
También el olvido es una actividad
LUIS GONZÁLEZ DE ALBA16/03/14 1:29 AM
En algún momento podremos ir a una clínica a que nos borren el recuerdo de un amor perdido, plantea un filme del 2004: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, con papel serio para el cómico Jim Carrey (La máscara) y Kate Winslet, la inolvidable Rose de Titanic. Un equipo de la Universidad de Basilea, en la Suiza de lengua alemana, publica que el cerebro, “para funcionar de forma apropiada, tiene la habilidad no sólo de guardar sino también la de olvidar”.
La memoria es un reforzamiento de las conexiones entre neuronas y el uso de una cadena neural hace más firmes los enlaces, pero el olvido podría ser una pasiva falta de empleo que debilita la cadena neural. El equipo de Basilea dice que no es así: el olvido también es un proceso activo. “La información innecesaria se borra y el sistema nervioso retiene su plasticidad. Una alteración del proceso puede llevar a serias enfermedades mentales”.
El journal Cell acaba de publicar los resultados este jueves 13 recién pasado. Un equipo de investigadores ha descubierto un mecanismo molecular que, de forma activa, “regula el proceso de olvidar”. La nota explica cómo “el cerebro humano está construido de tal forma que sólo la información necesaria se guarda de forma permanente y el resto se olvida con el tiempo. Sin embargo, no estaba claro si el proceso era activo o pasivo. Científicos del centro para Molecular and Cognitive Neuroscience, en la Universidad de Basilea, han encontrado una molécula que de forma activa regula la pérdida de memoria. Es la llamada proteína musashi, responsable de la estructura y el funcionamiento de las conexiones sinápticas del cerebro, el lugar donde la información se comunica de una neurona a la siguiente”.
¿Y cuál es la “información necesaria”? La que ofrece una ventaja en la sobrevivencia, se puede añadir, una ventaja evolutiva.
Las neuronas son células con prolongaciones cortas, llamadas dendritas (del griego dendro=árbol), y largas, o axones. Por éstos llegan las señales eléctricas. Los botones terminales de un axón no tocan los iniciales en dendritas de la neurona siguiente, descubrió Santiago Ramón y Cajal a principios del siglo XX. Por un complejo mecanismo electroquímico, una terminación lanza diversos compuestos hacia los receptores de otra neurona. Se llaman por eso neurotransmisores. Así la señal puede pasar o ser detenida, incrementada o disminuida.
Los investigadores Attila (así se llama) Stetak y Nils Hadziselimóvich estudiaron el aprendizaje de gusanos C.elegans [Caenorhabditis], nemátodos de un milímetro de largo. Habían sido genéticamente modificados para que carecieran de la proteína musashi. “Los experimentos mostraron que los gusanos exhibían las mismas habilidades de aprendizaje que los no modificados. Sin embargo, al extender la duración del experimento, los científicos descubrieron que los mutantes eran capaces de recordar la nueva información mucho mejor. En otras palabras: los gusanos genéticamente modificados para que carecieran de la proteína musashi eran menos olvidadizos”.
Esa proteína inhibe la síntesis de las moléculas responsables de estabilizar las conexiones sinápticas. “Esa estabilización parece tener un papel importante en el proceso de aprender y olvidar. Los investigadores identificaron dos mecanismos paralelos”. En uno, otra proteína, llamada aducina, estimula el crecimiento de las sinapsis y por ende ayuda a retener la memoria; en otro, la proteína musashi inhibe de forma activa la estabilización de estas sinapsis y así facilita la pérdida de memoria. “Luego, es decisivo el balance entre estas dos proteínas para la retención de las memorias”.
De ahí concluyen que el olvido no es un proceso pasivo, sino activo, y que la alteración de este proceso puede resultar en serios desórdenes mentales. “La proteína musashi también tiene interesantes implicaciones para el desarrollo de drogas para prevenir la anormal pérdida de memoria que ocurre en enfermedades como la de Alzheimer”. Este descubrimiento puede tener pronto otras aplicaciones terapéuticas.
http://twitter.com/luisgonzalezdea
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