Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.
Austerlitz, la Batalla de los Tres Emperadores
El 2 de Diciembre de 1805 tuvo lugar una de las batallas más famosas de todos los tiempos: la Batalla de Austerlitz. Cerca de la localidad checa de Slavkov, los ejércitos de los emperadores austríaco y ruso plantaron cara a la Grande Armée de Napoleón I, quizá el más ilustre emperador de la Historia. A la postre, el ejército francés triunfaría y Austerlitz sería la batalla más exitosa de toda la carrera militar de Napoleón Bonaparte.
Tras el fracaso de anteriores coaliciones de países europeos contra la Francia post-revolucionaria, en 1801 sólo quedaba Inglaterra como único y formidable enemigo francés. Napoleón estuvo preparándose a conciencia para la invasión de las Islas Británicas, pero la derrota en Trafalgar (con la pérdida de gran parte de la flota naval de Francia y España a manos inglesas), frenaría en seco los planes del gran corso. Simultáneamente, la Tercera Coalición internacional contra Francia —de lo que se denominaría en el futuro las Guerras Napoleónicas—, formada por Suecia, Inglaterra, Rusia y Austria ya había comenzado a operar en la Europa continental, viendo que el país galo había concentrado su Grande Armée (350 000 hombres) en Boulogne, al norte del país. Así pues, el trabajo se le acumulaba a Napoleón de nuevo en 1805.
Los austriacos comenzaron la guerra invadiendo Baviera con un ejército de unos 70 000 hombres bajo el mando de Karl Mack von Lieberich, y el ejército francés salió de Boulogne a fines de julio de 1805 para enfrentarse a ellos.
En una de las maniobras militares más impresionantes que se conocen, Napoleón movilizó a 200 000 de sus soldados y los trasladó en tiempo récord a las orillas del Rhin, en Alemania, pillando por sorpresa a sus enemigos. En la Batalla de Ulm (25 de septiembre al 20 de octubre), Napoleón venció al ejército de Mack con una brillante maniobra envolvente, forzando su rendición sin sustanciales pérdidas. Con el ejército principal de Austria al norte de los Alpes vencido (otro ejército bajo el mando del Archiduque Carlos de Austria había acosado el ejército de André Masséna en Italia con resultados poco concluyentes), Napoleón ocupó Viena.
Por aquel entonces, el ejército francés había estirado al máximo sus líneas de suministro. Bonaparte se dio cuenta, e intentó buscar un enfrentamiento rápido y concluyente que acabara definitivamente con la amenaza austro-rusa, antes de que su situación se precarizara hasta extremos peligrosos.
Los restos del ejército austríaco se retiraron a Moravia del Sur, donde se encontraron con el grueso del avance ruso. Tan importantes fueron los refuerzos rusos que hicieron pensar a los dos emperadores allí presentes, Francisco I de Austria y el Zar Alejandro I de Rusia, que tenían de nuevo posibilidades de pasar a la ofensiva y sorprender al ejército de Napoleón, desterrándolo definitivamente de tierras centroeuropeas. Subestimaron quizá las habilidades tácticas de Bonaparte, y así, el 2 de Diciembre, justo cuando se cumplían 3 años de la coronación de Napoleón como emperador de los franceses, los tres emperadores enfrentaron sus ejércitos en Austerlitz.
Bonaparte se entrevistó con uno de los príncipes rusos para establecer las bases de la paz, pero la reunión fue infructuosa. Entonces, Napoleón simuló hábilmente que su ejército no estaba preparado para la batalla, y debilitó expresamente sus alas derecha y centro. Dispuso a su vez refuerzos que cambiaran esta situación a voluntad en el transcurso de la hipotética batalla.
A las 22 horas de la noche anterior a la batalla, Napoleón, acompañado de algunos miembros de su estado mayor, dio un paseo por los campamentos de sus soldados. Habló con ellos y les dio ánimos, diciéndoles que el día siguiente era el aniversario de su coronación y que había que celebrarlo con una espectacular victoria. Éstos comenzaron a gritar "Vive l'Empereur!", y de repente uno de los soldados cogió uno de los fajos de paja y le prendió fuego, sujetándolo con un palo cual antorcha.
En cuestión de minutos, todos sus compañeros le imitaron, incluso soldados que en la lejanía no sabían qué estaba pasando, y así fue que la noche se iluminó de miles de antorchas a medida que los hombres sacrificaban espontáneamente sus colchones de paja, que era todo lo que tenían para dormir mínimamente cómodos. Napoleón, contemplando el fabuloso espectáculo, no dudó en decir que estaba viviendo la mejor noche de su vida.
Tras las líneas enemigas, el ayudante de campo favorito del Zar ruso, el príncipe Dolgorouki, pensó que los franceses hacían arder su campamento antes de abandonar su posición y retirarse de la batalla del día siguiente.
Amaneció en Austerlitz y los aliados ruso-austríacos ocuparon una línea que se extendía desde el área norte de la carretera de Olomouc hasta la colina Pratce, en Telnice. Su intención era destruir el ala derecha de la formación del ejército napoleónico con un potente ataque, y así cortar las comunicaciones francesas con Viena. Para conseguirlo, disponían de 90 000 soldados. Napoleón disponía de un total 60 000 hombres, aunque este ejército era mucho más experimentado que el aliado.
Así fue que los ejércitos ruso y austríaco detectaron las debilidades en el despliegue francés propuestas por Napoleón y decidieron explotarlas, atacando con fuerza el ala derecha y el centro galo. Los franceses resistieron con pocas pérdidas el ataque a su ala derecha, mientras que el resto de la formación se preparaba para contraatacar. Sucedió cuando los aliados habían prácticamente conquistado la colina Pratce. Sirviéndose de una espesa niebla, el ejército de Napoleón se plantó en Pratce sin ser visto, y atacó con todas sus fuerzas, destrozando las líneas ruso-austríacas, que no tuvieron más remedio que abandonar el campo de batalla, retirándose a Slavkov. La batalla estaba perdida.
En la actualidad se estima que la coalición sufrió 25 000 bajas, mientras que el ejército francés tuvo menos de 7.000 en sus propias filas.
El ejército austro-ruso se retiraría finalmente a Hungría. El 6 de Diciembre se firmó un armisticio en Slavkov, que fue seguido por el tratado de paz de Prešpurk, el cual despojaría a Austria de grandes extensiones de terreno en favor de la Alemania francesa. El mismo Napoleón apreciaría la victoria de Austerlitz por encima del resto de batallas que libró en su vida.
Pasado más de un siglo, en los campos donde tuvo lugar la batalla de Austerlitz fue levantado un majestuoso monumento a todos los caídos en esa contienda, el Monumento a la Paz. El monumento fue realizado entre 1910 y 1912 por el arquitecto Frantisek Fanta, quien es autor asimismo de la Estación Central Ferroviaria en Praga. De estilo modernista es una obra de piedra de 26 metros de altura. En su cima está ubicado un figurativo globo terrestre con una cruz, como símbolo de la redención. Dentro del monumento hay una capilla con un altar de mármol y bajo el suelo yacen sepultados los soldados caídos en la batalla.
En cada una de las cuatro esquinas del monumento está situada una escultura de un escudero que simboliza los ejércitos que habían participado en la batalla: el francés, el ruso, y el austríaco. El cuarto escudero simboliza a los soldados moravos que tomaron parte en la batalla, teniendo lugar la misma en su territorio.
Junto al Monumento a la paz se encuentra un museo con una exposición acerca del transcurso de la batalla de Austerlitz. El visitante del museo tiene la posibilidad de conocer las experiencias de los que combatieron en la batalla, de identificarse por unos instantes con sus vivencias, vivir en carne propia algo de los horrores a los que se vieron enfrentados los soldados que lucharon en Austerlitz.
Después de la batalla, Napoleón ocupó la residencia aristocrática de Kounic. Tan impresionado quedó con las instalaciones, que llamaría Austerlitz (Slavkov) a la batalla, y fue ahí donde escribió su más famosa y lacónica frase de agradecimiento a sus soldados, escrita en el boletín que se repartió entre toda la tropa: "Soldados, estoy satisfecho de vosotros".
Bonaparte abandonaría Slavkov el 7 de Diciembre de 1805, pero está claro que dejó algo de su esencia allí, y es un rastro que ha perdurado más de 200 años. Hoy en día podemos encontrar varios museos relacionados con la batalla, así como varios monumentos conmemorativos. Además, Slavkov se engalana cada año para celebrar el aniversario de Austerlitz, y miles de aficionados y curiosos se reúnen para ver recreaciones de la batalla, desfiles, mercado de antigüedades, etc.
En la finca Kounic, donde Napoleón se estableció por unos días después de conseguir la victoria, todavía se exhibe la mesa de escritorio donde Bonaparte redactó cartas y departió asuntos de estado. Se dice también que una cama que todavía se exhibe en Kounic perteneció al emperador; en realidad, esta cama es posterior a 1850, pero seguro que si paseamos por las estancias del palacete no nos será difícil recrear los tiempos en que el gran corso la habitaba, meditabundo y cabilando sobre cuáles serían sus próximos pasos para afianzar la estirpe Bonaparte entre las más ilustres de Europa.
Fuente:
http://www.3viajes.com/austerlitz-la-batalla-de-los-tres-emperadores/
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