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lunes, 22 de septiembre de 2014

''América Latina'', Enrique Dussel. Filosofía

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

América Latina, dependencia y liberación

Enrique Dussel

 

 

 

 

Hay muchos tipos de "silencio", es decir, hay muchos modos de permanecer "callado". Las existenciales, los modos de comportarse del agente humano, las actitudes primarias ante la falta de un signo comunicativo, pueden ser analizados. Es esto, aunque en cortas líneas, lo que nos proponemos.

 

Tenemos conciencia de que un cierto modo nuevo de encarar la vida se ha originado en nuestra Patria. Esta "toma-de-conciencia" no puede sino ser colectiva, pero al mismo tiempo sólo de un pequeño grupo, una minoría insignificante —por su número—, pero quizás muy significativa por su "perspectiva". Sólo algunos se re-conocen de esta generación: siempre es así en la historia. Cuando surge un nuevo "mundo" —en el sentido contemporáneo de Welt, es decir, cosmovisión (Weltanschauung)— sólo los que lo han descubierto, los que lo viven, los que poseen el sentido de dicho "mundo" se saben portadores de un tesoro necesariamente secreto para los demás. Así han nacido los movimientos sectarios —los que por naturaleza se sienten "pocos"—, pero igualmente han nacido así los grupos universalistas, que necesariamente debieron ser pocos, como las células del embrión son pocas, y por ello mismo, nos hablan de la esperanza de una futura plenitud. Sólo son grandes y muchos desde el comienzo los procesos mecánicos o inorgánicos, o los monstruos.

 

Nuestra generación, de la cual, los primeros que la constituirían escucharon en sus años infantiles los terribles acontecimientos de una lejana Segunda Guerra Mundial, y de la cual, los últimos vivieron también como niños o adolescentes los hechos de los años 1955, en Argentina, nuestra generación, permanece silenciosa y callada. ¡Es a esos que han tomado conciencia que constituyen esa generación, esos pocos y perdidos en todos los rincones del país, esos que no temen el mundo contemporáneo del cambio social y de la técnica, pero tampoco niegan el pasado secular, no sólo republicano, sino colonial y cristiano-europeo, es a esos a los que nos dirigimos en estas pobres líneas sin ninguna pretensión! Y nos dirigimos a ellos para pedirles la razón de su silencio, de su mudez, de su aparente ausencia del teatro donde se juega la historia, es decir, del mundo intersubjetivo de la opinión pública. No nos referimos a esa "opinión pública" masiva y objeto de la propaganda. Nos referimos a esa opinión que objetivada en la comunidad puede ser entendida, subjetivizada, comprendida no sólo por el hombre de la calle, lo que es ya importante, sino también por todos aquellos que en los diversos estratos de la sociedad —desde el sindicalista hasta el político— constituyen la "conciencia" de un pueblo. ¡Si nuestra generación no habla, si no escribe, si no obra, permanecerá marginal a la historia, y como esta historia es radicalmente la vida humana, simplemente no existirá!

 

 ¡Hay silencios y silencios!

 

 Existe el silencio del ausente y desinteresado, al modo del inconsciente y despreocupado, del egoísta, o al modo del "ocioso", sabio helénico que se retira de la ciudad para alcanzar su perfección propia —sin solidaridad alguna con los "suyos"—. Es el "yo" que se aparta del "nosotros", sin saber que en verdad se aniquila a sí mismo, por cuanto el fundamento de la vida no puede ser sino la convivencia.

 

Existe el silencio del incapaz, del impotente, del vacío, de todos aquellos que no dicen nada porque no "tienen" algo que comunicar. Si no son culpables de su negatividad deben ser objeto de una profunda comprensión a fin de que por el servicio eficaz sean algo, y no permanezcan en su postración antihumana. Si fueran responsables de su estado —lo que jamás nadie podrá juzgar—, deben ser objeto de una doble misericordia, ya que además de no tener nada, tienen la culpa de su aniquilación.

 

 

Para descargar el libro completo:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/otros/20111218045836/AMERICA_LATINA.pdf


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La libertad no hace felices a los humanos..., simplemente los hace humanos.

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1 comentarios:

LAQUESIS dijo...

Gracias infinitas, con el enlace me has permitido acceder a un tesoro

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