Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.
El Coliseo Romano
https://www.youtube.com/watch?v=_eB_LkWHfEo
Hasta el siglo XX ningún edificio superó en capacidad al anfiteatro Flavio, el Coliseo, destinado a acoger las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo de Roma.
Juegos de gladiadores, batallas navales, luchas con animales… El anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo –quizá por la colosal estatua de Nerón que se alzaba en las cercanías–, constituía parte del entretenimiento público de la antigua Roma. La famosa expresión latina panem et circenses (pan y circo) resumía todo lo que los gobernantes de la urbe requerían para manejar a la plebe y mantenerla entretenida. Hasta 50,000 espectadores podían participar de las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo.
Son muchos los mitos en torno a la lucha de los gladiadores. Por ejemplo el gesto del pulgar hacia abajo que determinaba la muerte de un vencido o la fórmula con que los prisioneros condenados a luchar saludaban al emperador Claudio: «¡Ave César! Los que van a morir te saludan». Pero más allá de estos detalles, todo lo demás parece haber sido cierto, dramáticamente cierto: el espectáculo de la sangre derramada exaltaba los ánimos de los espectadores, que quedaban atrapados por la adicción al anfiteatro.
La construcción del Coliseo empezó bajo el emperador Vespasiano, en torno al año 71 d.C., en un espacio que había quedado liberado tras el incendio de un anfiteatro anterior levantado casi cien años atrás. La inauguración –cuyos festejos se prolongaron durante cien días– se produjo en el año 80 y ya bajo el reinado de su hijo Tito. Finalmente, el emperador Domiciano culminó las obras en el 82, añadiendo un último piso. De estructura interior radial, estaba organizado en cinco niveles en los que se agrupaba la muchedumbre, con áreas delimitadas según la clase social: cuanto más cerca de la arena se hallaban mayor era el rango al que pertenecían.
Tras las célebres ejecuciones de cristianos, desde el siglo VI los juegos de gladiadores cayeron en desuso. Después el edificio sufriría cuatro terremotos, y ya entrada la Edad Media se convirtió en la cantera de Roma. Pese a perder casi por completo la parte sur durante siglos de expolio, aún hoy en día domina majestuosamente el paisaje de Roma. En la lejanía del oscuro siglo VIII, el historiador Beda el Venerable ya predijo: «Mientras siga en pie el Coliseo, seguirá en pie Roma. Cuando caiga el Coliseo, caerá Roma. Cuando caiga Roma, caerá el mundo».
Fuente: http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/grandes_reportajes/7685/coliseo_roma.html
El Coliseo (Colosseum en latín), originalmente llamado Anfiteatro Flavio (Amphitheatrum Flavium), es un gran edificio situado en el centro de la ciudad de Roma, capital de Italia. En la antigüedad poseía un aforo para 50,000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad. En el Coliseo tenían lugar luchas de gladiadores y espectáculos públicos.
Se construyó justo al Este del Foro Romano donde se antiguamente se erigía la domus aurea, residencia del emperador Nerón. Las obras empezaron entre el 70 d.C. y el 72 d.C, bajo mandato del emperador Vespasiano. El anfiteatro, que era el más grande jamás construido en el Imperio Romano, se completó en el 80 d.C. por el emperador Tito, y fue modificado durante el reinado de Domiciano.
Se desconoce la identidad del arquitecto del edificio, como ocurría en general con la mayoría de las obras romanas: las edificaciones públicas se erigían para mayor gloria de los emperadores. A lo largo de los años se han barajado los nombres de Rabirio, Severo, Gaudencio o incluso Apolodoro de Damasco, aunque se sabe que este último llegó a Roma en el año 105.
El Coliseo se usó durante casi 500 años, celebrándose en él peleas de gladiadores y muchos otros espectáculos públicos que tenían lugar, como naumaquias, caza de animales, ejecuciones, recreaciones de famosas batallas, y obras de teatro basadas en la mitología clásica. El edificio dejó de ser usado para estos propósitos en la Alta Edad Media. Más tarde, fue reutilizado como refugio, fábrica, sede de una orden religiosa, fortaleza, cantera y santuario cristiano.
En la actualidad el Coliseo de Roma está situado en la Piazza del Colosseo, ligeramente al este del Foro Romano. En los años de su construcción el emplazamiento escogido para el desarrollo del proyecto fueron unas tierras pantanosas entre las colinas Esquiline y Caelian, donde se erigía antiguamente la domus aurea, residencia del emperador Nerón.
El Anfiteatro Flavio es un enorme edificio ovalado de 189 metros de largo por 156 de ancho, y de 48 metros de altura, con un perímetro de la elíptica de 524 metros. El terreno de juego propiamente dicho era un óvalo de 75 por 44 metros, y en realidad era una plataforma construida en madera y cubierta de arena. Todo el subsuelo era un complejo de túneles y mazmorras en el que se alojaba a los gladiadores, a los condenados y a los animales. El suelo disponía de varias trampillas y montacargas que comunicaban con el sótano y que podían ser usadas durante el espectáculo.
El amplio graderío interior estaba diferenciado en gradus, pisos reservados para las diferentes clases sociales: En el podium, el primero de ellos, se sentaban los romanos más ilustres —senadores, magistrados, sacerdotes y quizá las vestales. En ambos extremos del eje menor había sendos palcos: la tribuna imperial (pulvinar), y otra reservada para el magistrado que en ocasiones presidía los juegos. Dado que este piso era el más próximo a las fieras, había una red metálica de protección y arqueros apostados regularmente. El maenianum primum, para los aristócratas que no pertenecían al senado. El maenianum secundum, dividido en el imum para los ciudadanos ricos y el summum para los pobres. En lo más alto estaba el maenianum summum in ligneis, hecho de madera, probablemente sin asientos y reservado para mujeres pobres. Además, algunos órdenes sociales, como los tribunos, sacerdotes o la milicia, tenían sectores reservados.
El acceso desde los pasillos internos hasta las gradas se producía a través de los vomitorios, llamados así porque permitían salir una enorme cantidad de gente en poco tiempo. Estaba tan bien diseñado que los 50,000 espectadores podían ser evacuados en un poco más que cinco minutos.
La fachada se articulaba en cuatro órdenes, cuyas alturas no se corresponden con los pisos interiores. Los tres órdenes inferiores los forman 80 arcos sobre pilastras, y con semicolumnas adosadas que soportan un entablamento puramente decorativo. El cuarto lo forma una pared ciega, con pilastras adosadas, y ventanas en uno de cada dos vanos. Los órdenes de cada piso son, sucesivamente, toscano, jónico, corintio y compuesto.
El Coliseo contaba con una cubierta de tela desplegable accionada mediante poleas. Esta cubierta, hecha primero con tela de vela y luego sustituida por lino (más ligero), se apoyaba en un entramado de cuerdas del que poco se sabe. Cada sector de tela podía moverse por separado de los de alrededor, y eran accionados por un destacamento de marineros de la flota romana. En la parte superior de la fachada se han identificado los huecos en los que se colocaban los 250 mástiles de madera que soportaban los cables.
El Coliseo, el mayor anfiteatro construido hasta entonces, situado en el centro de Roma, capital a su vez del Imperio Romano fue sin duda una gran muestra de poderío por parte del Imperio. El anfiteatro recreaba en sí un Imperio a menor escala. En él se celebraban las mayores peleas de gladiadores, las cacerías más sangrientas, etc. Para estas ocasiones llegaban a la ciudad gladiadores procedentes de todas las provincias del Imperio para matarse entre sí o enfrentarse a las más diversas criaturas que habitaban en las distintas provincias.
El público de la capital se concentraba en el Coliseo para admirar la variedad y las extensiones que no podían llegar a imaginar que estaban bajo el dominio del impero del cual tenían el orgullo de ser ciudadanos. Las peleas además eran ambientadas según el origen de los participantes por lo que los asistentes tenían la sensación de haber viajado a tierras lejanas que nada tenían en común con Roma.
El Coliseo no dejaba de ser un lugar de exhibición de poderío. En ocasiones en forma de peleas, otras de cacerías o incluso de sentencias y ejecuciones. Lo cierto es que cualquier asistente a los eventos del Coliseo volvía a casa con la sensación de pertenecer al mayor y más poderoso Imperio del mundo. Algo que fue cierto durante muchos años.
El problema que presenta la enorme carga de la cávea o espacio de gradas destinado a los espectadores, se resuelve mediante la inclusión de poderosos arcos de medio punto que sostienen las bóvedas anulares, sobre las que se asientan los diferentes niveles de gradas.
Al exterior, tres líneas de arcadas superpuestas articulan el muro, correspondiéndose con los tramos abovedados del interior. Los arcos se encuentran flanqueados por semicolumnas y rematados por dinteles, que sirven de cornisa de separación con el piso superior.
En la construcción se utilizó una combinación cuidadosa de materiales: concreto para las fundaciones, travertina para los embarcaderos y las arcadas, relleno de tufa entre los embarcaderos para las paredes de los dos niveles más bajos, y ladrillo de concreto usados para los niveles superiores y para la mayor parte de las cámaras acorazadas.
Fuente: http://es.wikiarquitectura.com/index.php/Coliseo_de_Roma
La libertad no hace felices a los humanos..., simplemente los hace humanos.
Has recibido este mensaje porque estás suscrito al grupo "Francia" de Grupos de Google.
Para anular la suscripción a este grupo y dejar de recibir sus correos electrónicos, envía un correo electrónico a francia+unsubscribe@googlegroups.com.
Para publicar una entrada en este grupo, envía un correo electrónico a francia@googlegroups.com.
Visita este grupo en http://groups.google.com/group/francia.
Para obtener más opciones, visita https://groups.google.com/groups/opt_out.
0 comentarios:
Publicar un comentario