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lunes, 1 de abril de 2013

''Agnus Dei'', obra musical

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

Agnus Dei

 

 

 

 

En el cristianismo, Agnus Dei (traducido del latín, Cordero de Dios) se refiere a Jesucristo como víctima ofrecida en sacrificio por los pecados de los hombres, a semejanza del cordero que era sacrificado y consumido por los judíos durante la conmemoración anual de la Pascua. Este título le fue aplicado por el profeta san Juan Bautista, durante el episodio del bautismo de Jesús en el río Jordán, según se relata en los evangelios.

 

Esta imagen del Mesías como Cordero de Dios proviene de los textos proféticos, especialmente Isaías (Is 53, 7) y Ezequiel (Ez 46, 13-15), y es asumida en toda su plenitud primero por san Pablo en I Co 5, 7, y por san Juan en el Apocalipsis, libro en el que el Cordero de Dios aparece como representación directa de Jesucristo como Salvador y Juez.

 

En la Misa, el Agnus Dei es una oración que se reza poco antes de la Comunión, tras la oración Ad pacem, y forma parte del rito de la fracción del pan. Es una de las partes llamadas "invariables" de la misa, es decir, que siempre se cantan o recitan con el mismo texto y en el mismo lugar de la liturgia, sin pertenecer al canon eucarístico.

 

La importancia de este texto en la liturgia cristiana se advierte en su continua inclusión, con algunas variaciones, como elemento de cierre en diversas letanías: las de los santos (en celebraciones litúrgicas especiales) o las de la Virgen (tras el rezo del Santo Rosario).

 

La tradición de decir la misa cantada o acompañada de música ha hecho que esta oración haya sido musicalizada por compositores de todas las épocas, destacando las versiones de Juan Sebastián Bach o Wolfgang Amadeus Mozart.

 

«Agnus Dei» de la Misa de Barcelona, manuscrito del siglo XIV.

 

El texto de esta oración, que recoge la Liturgia romana, es el siguiente:

 

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.

Agnus Dei qui tollis peccata mundi, miserere nobis.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.

 

En el Misal Romano, en su versión en lengua española, está traducido como:

 

"Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz".

 

En las misas de difuntos, el tercer verso se modifica de la siguiente manera:

 

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona ei(s) pacem.

 

que, traducido al español, significa:

 

"Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dale(s) la paz".

 

En este caso, el número del pronombre (eis ó ei) varía dependiendo de que la misa de difuntos se celebre por una o varias personas.

 

La variación compuesta para las letanías de la Virgen, rezadas al final del Rosario, es la siguiente:

 

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, parce nobis, Domine.

Agnus Dei qui tollis peccata mundi, exaudi nos, Domine.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.

 

Este texto es habitualmente traducido al español como:

 

"Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros".

 

 

 

Fuente: Wikipedia.


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