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jueves, 17 de enero de 2013

Los cuatro elementos griegos

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

 

Las cuatro raíces

 

 

 

Escucha primero las cuatro raíces de

todas  las  cosas:  Zeus  resplandeciente,

Hera dadora de vida, Edoneo y Nestis, que

con sus lágrimas empapa las fuentes de

los mortales.

 

Empédocles fue el primero en decir que los "elementos" materiales eran cuatro. Introdujo  formalmente  las  cuatro  "raíces".  El  nombre  les otorga el carácter de elementos básicos y mutuamente irreductibles a partir de los que se constituyen todos los demás seres.

 

Aristóteles parece haber compartido con Empédocles la idea original de un cuarteto de elementos. Hay que suponer que su caracterización inicial de  dioses  pretendiera  indicar  lo  que  hay  de  pureza  en  las concepciones tradicionales de la divinidad y el reconocimiento de poderes  y  propiedades,  indefinidos  hasta  ese  momento,  que  les hiciera merecedores de temor.

 

No hay duda de que Nestis es el agua, pero, ya en la antigüedad, hubo falta de acuerdo sobre los otros tres. Parece que Teofrasto identificó a Zeus con el fuego, a Hera con el aire y a Edoneo con la tierra.

 

Un doble relato te voy a contar:

en un tiempo ellas, las raíces,

llegaron a  ser  sólo  uno a  partir  de

una pluralidad y, en otro, pasaron de

nuevo a ser plurales a partir de ser

uno;  dúplice  es  la  génesis  de  los

seres  mortales  y  doble  su

destrucción. A la una la engendra y

la destruye su reunión y la otra crece y

se disipa a medida que nacen nuevos

seres por separación. Jamás cesan en

su  constante  intercambio,

confluyendo unas veces en la unidad

por efecto  del Amor y separándose

otras  por  la  acción  del  odio  de  la

Discordia. Así, en la medida en que lo

uno  ha  aprendido  a  desarrollarse a

partir de lo múltiple y la pluralidad

surge de nuevo de la división de lo

uno, de la misma manera nacen y no

tienen  una  vida  estable.  Y  en  la

medida  en  que  jamás  cesa  su

continuo  intercambio,  así  también

existen inmóviles siempre en su ciclo.

 

Se nos  ofrece  la  doctrina  principal  de  la  filosofía  de Empédocles. Su comienzo  contiene resonancias intencionales de Parménides y  le  contradice  retadoramente. Sin embargo culmina con una afirmación que parece querer preservar algo de la posición metafísica de Parménides.

 

El fragmento se divide entre secciones. Los versos nos hablan de un proceso dual constituido por la génesis de lo uno a partir de lo múltiple y, a su vez de lo múltiple a partir de lo uno. Los versos afirman que este proceso dual se repite sin cesar y lo atribuye a la actividad alternante del Amor y de la Discordia. Los versos  resumen  las  dos  ideas  y  las  contrastan  en  una conclusión  sorprendente  y  bastante  heraclítea.  Los  versos infieren, del doble nacimiento de los seres, que éstos nacen y no tienen vida estable; sin embargo, afirman que están siempre inmóviles, en virtud de su incesante alternancia entre unidad y pluralidad.

 

Empédocles  no  razona  su  doctrina  en  parte  alguna.  En  consecuencia, parece preferible la interpretación de que los pasajes ofrecen una hipótesis, cuyo objetivo consiste en reconciliar las nociones aparentemente contradictorias de que el nacimiento, la muerte y el cambio en general existen y que, no obstante, son inmutables y perdurables o eternos. La idea crucial de la reconciliación radica en que, mientras que el proceso dual, se repite incesantemente, los seres relacionados con el proceso tienen una especie de inmutabilidad.

 

La unidad se compondrá siempre a partir de la pluralidad y viceversa; y serán siempre la misma unidad y la misma pluralidad. (No hay duda de que ha escogido la unidad y la pluralidad como los polos conceptuales más simples entre los que puede tener lugar el cambio). Como, en Heráclito, hay un cambio  local,  pero  también  una estabilidad global.

 

Se  ha  denominado  a  veces  su  "ciclo  cósmico"  a  la  concepción empedoclea de la sempiterna recurrencia. Pero aquí es propuesta como una tesis metafísica totalmente general. Su aplicación más clara y más importante está, sin duda, en su teoría del nacimiento y la muerte del universo, pero la aplicó también al ciclo vital de los animales.

 

 

 

Fuente: http://ebookbrowse.com/gdoc.php?id=169063968&url=91b4dfa4f831d0c1d79edf89d9323e42


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