TODAVIA NO SE SABE
Carlos Cordero
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"Todavía no se sabe si va a quedar Peña Nieto".
Esto es lo que la gente comenta en el trabajo, en los talleres, en los hogares, en los cafés, en el taxi, en el micro, en el transporte público, en los parques, en los mercados, en los tianguis, en las escuelas, en las calles y en cualquier otro sitio de encuentro familiar y social. Bueno, para acabar pronto, hasta en las filas que los clientes hacen en Soriana.
Es una duda lógica y razonable de un pueblo que ya despertó y que ya NO se deja engañar ni aplastar sicológicamente por Televisa, TV Azteca, los noticieros de radio y los periódicos impresos donde a todas horas pretenden dar por concluido el proceso electoral cuando, en realidad, éste apenas comienza. Y el día de la votación, primero de julio, fue el inicio.
Pero, además, el pueblo NO solo habla de una elección sucia que le dio un supuesto triunfo a Enrique Peña Nieto: habla abiertamente de un fraude anunciado, de que se robaron la elección. Y lo que se manifiesta es que en ese enjuague estuvieron amafiados, desde el principio, Felipe Calderón Hinojosa, Televisa, TV Azteca, las "encuestadoras", los medios electrónicos, las camarillas elitistas del PRI, del PAN, los pequeños partidos satélites, el IFE, las cúpulas empresariales (prestanombres de las grandes empresas transnacionales y bancos extranjeros), los "líderes" sindicales corruptos al servicio del sistema neoliberal, etc. Se habla también de esa repulsiva práctica de comprar el voto a los pobres, hambreados y miserables que el PRI y el PAN han venido creando desde hace poco más de cuarenta años. Pero los ciudadanos no se quedan allí.
En las calles ya se empieza a hablar de que NO basta el recuento de los votos, de que es necesario ir más allá para que pueda existir verdadera justicia electoral. En este sentido, se comenta abiertamente de que es necesario que se le resten en automático, por lo menos, cinco millones de votos sucios a Enrique Peña Nieto, con todas las consecuencias jurídicas, legales y políticas que ello conlleva. Porque solo de esa manera se podrá limpiar en algo todo el aparato electoral que tan manchado dejaron los delincuentes electorales de mero arriba.
Ya se sabe que los consejeros del IFE (Leonardo Valdez Zurita y compañía) tienen gran parte de responsabilidad en toda esta suciedad electoral que ahora, pasados unos días, esta saliendo a flote. Pero lo que viene es el fallo de los magistrados del Tribunal Electoral que van a calificar la elección. Y ellos de ninguna manera pueden equivocarse porque serán absolutamente culpables de lo que pueda suceder con el país de aquí en adelante. En ese sentido ya solo les quedan dos opciones: o se le restan cinco millones de votos de la elección presidencial al PRI o se anula la elección.
Efectivamente, todavía NO se sabe si va a quedar Peña Nieto. Y lo más seguro es que no. Por todo lo ya expuesto.
A menos que, ahora sí, los delincuentes electorales quieran incendiar a México.
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