Carlos Cordero
El crecimiento de la población trae como consecuencia el aumento del
mercado, ya que hay mayores necesidades económicas y materiales de
todo tipo que satisfacer. Ello quiere decir que si la población
aumenta la economía crece. Esta es la verdad.
Pero desde hace algunas décadas políticos neoliberales vienen
repitiendo sin cesar que, para que a los pueblos les vaya bien, es
necesario que la economía crezca. Es decir, según ellos, "primero hay
que hacer crecer el pastel" para que haya más pastel que repartir.
Esto es un insulto al sentido común porque, desde hace tiempo, la
economía viene creciendo de manera sostenida tanto porque crece la
población como porque aumentan la producción y las utilidades. Pero el
reparto justo y equitativo del pastel no se ve por ninguna parte. Al
contrario, los salarios de los trabajadores cada vez se estancan más y
pierden capacidad adquisitiva; hay explotación laboral y se cancelan o
mutilan al máximo las prestaciones; se impide la intervención del
Estado para defender los intereses económicos de la mayoría; hay mayor
pobreza y hambre; se adelgaza la Administración pública y se ponen
obstáculos para que el Gobierno lleve a cabo obra pública que podría
redistribuir socialmente los recursos y reactivar el crecimiento
económico, entre otras consecuencias de este nefasto sistema político
y económico.
Por lo anterior, la pregunta es: Si la economía crece de manera
constante con el aumento de la población y la producción, ¿por qué
cada vez hay más injusticia social en el mundo?
Para que a usted le quede muy claro tiene que leer mi libro "La Nueva
humanidad". Pero, por vía de mientras, aquí se lo explicó someramente.
Aunque la economía mundial crece esta no genera bienestar para todos
porque los grandes capitalistas han acaparado la producción y el
mercado, acabando con los micros, pequeños y medianos empresarios.
Esto hace que las ventas y las utilidades se concentren en las pocas
manos de aquellos que aparecen sonriendo cínicamente en las revistas
"Forbes" y "Fortune" todos los años. Es como cuando los grandes
terratenientes, al quitarles sus parcelas a los pequeños productores
que colindan con ellos, les dijeran: "Es para que puedas tener
bienestar". El problema no es de que crezca más el pastel, sino de que
unos cuantos pelafustanes se lo han agandallado todo.
Al quitarle a la mayoría su pequeño medio de producción (tierra,
pequeño negocio o industria) la oligarquía capitalista internacional
(Wall Street, bancos y empresas transnacionales) también les confiscan
a todos la posibilidad de ser económicamente libre. Al controlar toda
la economía, los oligarcas solo le dejan a la mayoría una opción: la
esclavitud económica, representada por el trabajo asalariado que cité
antes. Esta es la dictadura política del gran capitalismo
internacional representado por Estados Unidos y Europa Occidental
cuyos representantes se reúnen por estos días en Davos, Suiza.
Se lo repito: No se deje engañar por la mercadotecnia y la propaganda
de la oligarquía capitalista internacional y de ninguna manera crea
eso de que "hay que hacer crecer el pastel". Lo que usted debe exigir
es que el pastel se reparta.
Esto no implica que se confisquen y distribuyan las cuentas bancarias
de la oligarquía porque no es así como se reparte la riqueza. El
verdadero reparto de la riqueza (para crear una nueva y verdadera
clase media) sólo se logra realizando un nuevo reparto de los medios
(tierras, aguas, etc.), la producción y el mercado entre el mayor
número posible (micros y pequeños empresarios). También reponiendo
leyes que impidan efectivamente que se vuelvan a crear los grandes
monopolios y oligopolios transnacionales que ahora padecemos.
Igualmente, imponiendo el régimen de Economía Mixta donde el 49 por
ciento de las grandes empresas sean propiedad del Estado para que los
Gobiernos tengan ingresos permanentes y seguros con los cuales puedan
sufragar sus propios gastos, realizar obra pública y quitar o bajar
impuestos a los ciudadanos. A los multimillonarios ya no se les debe
permitir nada de filantropías hipócritas: se les tienen que imponer
obligaciones sociales.
Por todo lo anterior, la próxima vez que le digan o que escuche por
cualquier medio que los políticos y los grandes capitalistas vociferan
que es necesario que la economía crezca para que le vaya bien a todos,
recuerde que lo están insultando y se ríen de usted. Y mándelos a
donde ya sabe.
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