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lunes, 17 de noviembre de 2014

''El suicidio'', Emile Durkheim. Sociología

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

 

 

El suicidio

Emile Durkheim

 

 

 

 

Libro primero

Los factores extrasociales

 

 

 

Capítulo primero

El suicidio y los estados psicopáticos

 

 

 

Hay dos clases de causas extrasociales a las que se puede atribuir, a priori, una influencia sobre la cifra de los suicidios: son las disposiciones orgánico-posicológicas y la naturaleza del medio físico. Pudiera ocurrir que en la constitución individual o, por lo menos, en la constitución de una clase importante de individuos existiera una tendencia de intensidad variable según las razas, que arrastrase directamente al hombre al suicidio; por otra parte, el clima, la temperatura, etc., pueden, por la manera con que obran sobre el organismo, tener los mismos efectos. La hipótesis, en todo caso, no debe ser rechazada sin discutirla; vamos, pues, a examinar sucesivamente estos dos órdenes de factores y a investigar si tienen, en efecto, una parte en el fenómeno que estudiamos y cuál es esa parte.

 

 

 

I

 

Hay enfermedades cuya cifra anual resulta relativamente constante en una sociedad determinada, a la vez que varía sensiblemente según los pueblos. Tal ocurre con la locura. Si se tuviera alguna razón para ver en toda muerte voluntaria una manifestación vesánica, el problema que nos hemos planteado estada resuelto: el suicidio no sería más que una afección individual. Esta es la tesis sostenida por numerosos alienistas. Según Esquirol, "el suicidio ofrece todos los caracteres de la enajenación de las facultades mentales". "El hombre sólo atenta contra su vida cuando está afectado de delirio, y los suicidas son alienados". Partiendo de este principio, concluye el autor que el suicidio, siendo voluntario, no deberla ser castigado por la ley.

 

Falret y Moreau de Tours se expresan en términos casi idénticos. Es verdad que el último, en el pasaje mismo en que enuncia la doctrina a que presta su adhesión, hace una indicación que basta para suponerla sospechosa. "¿El suicidio, dice, debe ser mirado en todos los casos como el resultado de una enajenación mental? Sin querer aquí resolver esta difícil cuestión, digamos, en tesis general, que nos inclinamos instintivamente hacia la afirmativa, cuanto más se profundiza en el estudio de la locura, cuando se ha adquirido en ella una mayor experiencia, cuando, en fin, se han visto más alienados". En 1845, el doctor Bourdin, en un folleto que desde su aparición produjo algún ruido en el mundo médico, habla sostenido menos mesuradamente la misma opinión. Esta teoría ha sido defendida de dos maneras distintas. O bien se dice que el suicidio por sí mismo constituye una entidad morbosa sui géneris, una locura; o bien, sin hacer de él una especie distinta, se le considera simplemente como un episodio de una o de varias clases de locura, sin que pueda encontrársele en los sujetos sanos de espíritu.

 

La primera tesis es la de Bourdin; Esquirol, por el contrario, es el representante más autorizado de la otra concepción. "Por lo que precede, dice, se entrevé ya que el suicidio no es para nosotros más que un fenómeno consecutivo a un gran número de causas diversas, que se muestra con caracteres muy distintos; este fenómeno no puede caracterizar una enfermedad. Es por haber hecho del suicidio una enfermedad sui géneris por lo que se han establecido proposiciones generales desmentidos por la experiencia".

 

De estas dos maneras de demostrar el carácter vesánico del suicidio, la segunda es la menos rigurosa, la que tienen menos valor probatorio en virtud del principio de que no pueden existir experiencias negativas. Es imposible, en efecto, proceder a un inventario completo de todos los casos de suicidios para hacer ver en cada uno de ellos la influencia de la enajenación mental. No se pueden citar más que ejemplos particulares, que, por numerosos que sean, no bastan para servir de base a una generalización científica, además de que aunque no se alegaran ejemplos en contrario, siempre habría posibilidad de hacerlo. Hay otra prueba, que si pudiéramos suministrarla seria concluyente. Si se llega a determinar que el suicidio es una locura que tiene sus caracteres propios y su evolución especifica, la cuestión estará resuelta: todo suicida será un loco. ¿Pero existe una locura suicida?

 

 

 

Para descargar el libro completo:

 

http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/LYM/los_FESociales.pdf


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