Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.
El tiempo newtoniano y el tiempo einsteiniano
V
Dice Newton en el Scholium de sus Principia Mathematica, publicados en 1687:
"el tiempo absoluto, verdadero y matemático en sí y por su naturaleza y sin relación a algo externo, fluye uniformemente, y por otro nombre se llama duración. El relativo, aparente y vulgar, es una medida sensible y externa de cualquier duración, mediante el movimiento (sea la medida igual o desigual) y de la que el vulgo usa en lugar del verdadero tiempo; por ejemplo, la hora, el día, el mes, el año".
En la física newtoniana, el tiempo constituye una especie de fondo sobre el cual se producen los sucesos, pero no es afectado por ellos. Es algo así como una entidad substancial vacía e infinita que los contiene, pero que se mantiene homogénea e inmutable a través del movimiento y del cambio de lo que sucede en él. Esta entidad es físicamente real o verdadera, según Newton. Se le atribuía entonces una existencia ontológica. Sin embargo, es muy difícil de concebir, pues somos seres finitos insertados en contextos también finitos. No sobrevolamos el mundo, ni mucho menos el universo entero como para poder captar un tiempo tal y como lo describe Newton; no somos dioses.
Conceptualmente, sí podemos formular nociones absolutas que superen nuestra condición finita. Ya se ha hecho, y de sobra. Pero a tales conceptos se les ha dado una existencia tan real, que lo real de nuestra condición como seres humanos ha pasado a un segundo plano. Hemos olvidado que somos corporalidades insertadas en el mundo y en la historia. Es más, no en toda la Tierra ni en toda la historia (si se concibe esta última como un gran conjunto de acontecimientos, tal y como lo hacen tradicionalmente las ciencias sociales o del espíritu). Estamos insertados en lugares determinados, nos movemos en situaciones concretas. Somos, también, parte del mundo y de la historia. De nuevo: no somos dioses como para abstraernos hasta de nosotros mismos.
El carácter absoluto del tiempo defendido por Newton, entre otros, fue el dominante en la modernidad. Y recuérdese: junto con las nociones absolutas está la idea de un observador privilegiado que puede captar plenamente la totalidad: dios. Distintas corrientes de pensamiento ilustradas o modernas le confieren al ser humano el puesto de dios; es el ser humano hecho dios. Con ello, está también la pretensión de llegar a una verdad absoluta, a la episteme en un sentido estricto. Ello implica, claramente, una abstracción, es decir, el abstraerse de lo que acontece para observarlo desde quien sabe qué "privilegiado" lugar.
La teoría de la relatividad cuestiona todo el sistema de la física clásica (fundamentalmente newtoniana), tal y como ha podido advertirse. Relativizó la concepción del tiempo: propuso un tiempo relativo a la diversidad de sistemas de referencia desde los cuales puede un ser humano observar un suceso. En términos generales, puede decirse que, con la revolución einsteniana, nada puede afirmarse que no esté esencialmente condicionado por la perspectiva del observador. Esta idea no lleva a caer en un relativismo o en un subjetivismo que relegue la realidad a los caprichos de una persona. No es tal porque, precisamente, el ser humano no es un ser abstraído en su interior ni en ninguna parte del universo donde pueda contemplarlo todo en su absoluta verdad. Ya se ha dicho aquí: el ser humano es una corporalidad insertada en el mundo y en la historia; su vida está condicionada por ello. Así mismo, él condiciona al mundo y a la historia; somos seres activos, no sólo pasivos. La perspectiva de un ser humano implica entonces toda una situación corporal. De aquí, puede decirse que la relatividad en el caso del tiempo que Einstein defiende, tiene que ver con la corporalidad que somos, en tanto que depende del lugar o del movimiento de los observadores de un suceso.
Ahora, se había mencionado antes que Einstein no se refiere únicamente a relojes mecánicos, sino que pudo haberse referido a relojes orgánicos, al tiempo vital del ser humano en tanto que es una corporalidad, un cuerpo, un organismo vivo. A partir del fenómeno llamado dilatación del tiempo, con el cual Einstein afirma que un reloj en movimiento funciona más despacio que un reloj en reposo, puede afirmarse que todos los procesos físicos, químicos y biológicos se retardan respecto de un reloj estacionario (no necesariamente mecánico), cuando son procesos que ocurren en un sistema de referencia en movimiento respecto a un sistema en reposo, en el cual está el reloj estacionario. Esto es lo siguiente:
"La velocidad afecta al tiempo. El tiempo pasa más lentamente para un astronauta en una nave espacial a gran velocidad que para un conductor de la misión de en tierra. El reloj de la pared de la nave espacial va despacio y también el parpadeo de las luces en el panel de control... Todo lo referente al cuerpo de la astronauta va despacio: su frecuencia respiratoria, su pulso cardiaco, incluso el ritmo de su envejecimiento… si todo lo que hay en la nave espacial se ha ralentizado, entonces sus procesos cerebrales se habrán ralentizado también, en la misma proporción, y por lo tanto, también sus pensamientos".
VI
Con todo lo anterior, puede decirse que Einstein tomó en cuenta la experiencia o la vivencia del tiempo que la fenomenología, por ejemplo, resalta y quiere rescatar del olvido. Tanto la filosofía como la física han considerado el tiempo como algo que puede utilizarse, contarse y medirse. "Tal utilización del tiempo implica la capacidad de pensarlo in abstracto, como un tiempo vacío… Es una experiencia del tiempo muy unilateral considerarlo como una cosa que se halla a disposición del ser humano, como un tiempo vacío, homogéneo, que se presenta a la vista como una llanura… El concepto de tiempo orgánico ha sido introducido frente a la concepción del tiempo de la física newtoniana y de la filosofía kantiana". —el cual es una intuición pura o una forma a priori y trascendental de la sensibilidad. El tiempo aquí queda relegado a la dimensión interior de la conciencia, a la vida interior, tal y como en Bergson.
La fenomenología habla de un tiempo vivido, el cual, entre otras cosas, involucra la vivencia histórica (propia de la condición humana). Este tiempo vivido es una concepción que involucra también la experiencia directa o inmediata que tiene la conciencia del tiempo. Pero no hay que confundir esto último con el idealismo o el intelectualismo, corrientes de pensamiento que relegan la conciencia a algo meramente "interior" del ser humano. La conciencia en la fenomenología se encuentra a cada rato arrojada al mundo —somos seres-del-mundo, dice constantemente Merleau-Ponty en Fenomenología de la Percepción. Por ello, el tiempo vivido tiene que ver con nuestra inmersión corpórea en el mundo y la consecuente co-existencia con él. El tiempo vivido tiene que ver con nuestra vida cotidiana, donde el movimiento y el espacio están involucrados.
Es forzado afirmar que el tiempo en Einstein es exactamente este tiempo vivido, por supuesto. Pero sí puede afirmarse que el tiempo en la teoría especial de la relatividad, es un tiempo que se vive y que depende de nuestra co-existencia con todo lo que supone el mundo —con los demás seres humanos, con otros seres vivos, con las cosas, etc. El tiempo einsteniano está caracterizado por un complejo entramado de relaciones y vivencias que, como se advirtió, no pueden abstraerse del espacio.
Para ver el artículo completo:
http://aefucr.blogspot.mx/2007/03/albert-einstein-sobre-el-tiempo-en-la_29.html
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