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lunes, 17 de marzo de 2014

''La Primavera'', Botticelli. Pintura

Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.

 

 

La Primavera

Sandro Botticelli

 

 

 

 

La Primavera de Sandro Botticelli es considerada una de las obras maestras del Renacimiento italiano. Quien visita la Galería de los Oficios de Florencia se encanta frente a esta gran pintura: aunque el encanto del cuadro está tal vez ligado al aura del misterio que gira en torno a la obra y cuyo significado más profundo no ha sido revelado completamente.

 

La obra más famosa de Sandro Botticelli, es del año 1482 aproximadamente y varias fuentes han confirmado que la pintura fue realizada para Lorenzo di Pierfrancesco de Medici (1463-1503), primo de segundo grado del Magnifico.

 

La escena en un bosque formado por árboles naranja y frutos; con un cielo azul de fondo, se disponen nueve personajes, en una composición que gira en torno al personaje central, una mujer con una tela roja. El suelo se compone por un prado formado por una gran variedad de vegetales y flores.

 

La Primavera esconde varios niveles de lectura: uno estrictamente mitológico, cuya explicación es unánimemente compartida; uno filosófico, ligado principalmente a la filosofía de la academia neoplatónica; uno histórico-dinástico, ligado a las peripecias contemporáneas y a la gratificación del cliente y de su familia. El sentido general de la obra es todavía oscuro y abierto a varias interpretaciones.

 

Según la interpretación mitológica, los personajes se encuentran en el famoso jardín Esperidi: el primero a la derecha es Zefiro, viento de primavera que rapta por amor a la ninfa Clori, embarazándola; de este acto la ninfa renace y se transforma en Flora, o sea la misma Primavera representada como una mujer con un vestido floreado y que propaga flores hacia la tierra.

 

Al centro del cuadro se encuentra Venus, símbolo neoplatónico del amor más elevado, que observa toda la escena. Sobre ella vuela su hijo Cupido. A su izquierda se encuentran las tres Gracias que están bailando. Aún más  a la izquierda se nota Mercurio, el mensajero de los dioses, representado con las alas en los pies, que con el caduceo alejaba las nubes para tener una eterna primavera.

 

En cuanto a la interpretación filosófica, el primer crítico que puso el cuadro directamente en relación con el círculo de filosóficos neoplatónicos, frecuentado por Botticelli, fue Aby Warburg en 1893, quien leía la Primavera como la representación de Venus después del nacimiento, durante la llegada a su reino. El segundo fue Ernst Gombrich, para quien en la Primavera se narrara el amor, en sus diversos grados, hasta hacer despegar al hombre del mundo terrenal para llevarlo al espiritual: Zefiro y Clori representarían la fuerza del amor sensual e irracional, que es fuente de vida (Flora) y, tramite la mediación de Venus y Cupido, se transforma en algo más perfecto (las Gracias), para después emprender el vuelo hacia las esferas celestes guiado por Mercurio.

 

Según algunas lecturas de las obras ligadas al cliente, los personajes mitológicos de la pintura serían las representaciones de personajes florentinos y de sus virtudes, como en un desfile de carnaval. Parece que la obra fue inicialmente comisionada a Botticelli por Giuliano de Medici en ocasión del nacimiento de su hijo Giulio (futuro papa Clemente VII), nacido de Fioretta Gorini con quien se había casado en gran secreto en 1478. Pero Giuliano falleció en la Conspiración de los Pazzi, tramada contra su hermano en el mismo año, un mes antes del nacimiento de su hijo, por lo que el cuadro, aún sin terminar, fue “reciclado” por el primo Pierfrancesco de Medici, tiempo después, para celebrar sus bodas, insertando su retrato y el de su esposa Semiramide Appiani, de quien se decía tener una belleza extrema.

 

Con base en otros retratos y pinturas de Botticelli, en los varios protagonistas de la representación se individuaron varios personajes de casa Medici: en particular en las tres Gracias se reconocían Caterina Sforza (derecha) y Simonetta Vespucci (al centro), la fuente de inspiración para el Nacimiento de Venus, que observa soñadora a Mercurio-Giuliano de Medici.

 

En cuanto a la lectura histórica, según Horst Bredekamp, se debería considerar la pintura como alegoría de la edad de Oro en época medicea. La presencia de Flora sería una alusión a Florentia y entonces al antiguo origen de la ciudad de Florencia. Las otras figuras serían ciudades ligadas en diferentes maneras a Florencia: Mercurio-Milán, Cupido (Amor)-Roma, las Tres Gracias como Pisa, Nápoles y Genova, la ninfa Maya como Mantua, Venus como Venecia y Borea como Bolzano.

 

Otros estudios han supuesto que la pintura sea una especie de calendario rural abreviado de la bella estación: desde febrero (Zéfiro), hasta septiembre (Mercurio), en la esperanza de una Primavera sin fin.

 

 

Fuente:

 

http://www.adgblog.it/2013/03/30/el-significado-de-la-primavera-de-botticelli/


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