Un saludo de su amigo Sören Garza (hombre), desde México.
El reino apacible
Edward Hicks
Edward Hicks, estadounidense (1780-1849).
El reino apacible (1848).
Óleo sobre tela.
Altura 45 cm aproximadamente.
Hicks nació en Pennsylvania, fue pintor de rótulos y artista, y cuáquero. Las versiones que realizó de El reino apacible quizá llegaron a cien. Lo más probable es que nunca haya visto un león ni un leopardo; seguramente tomó sus modelos de libros infantiles ilustrados. Todo el material que le sirvió fuente de inspiración, no obstante, fue transformado por su vigor y sensibilidad natural. Al igual que otros destacados pintores "primitivos", no es deshonesto al pintar; cuando cometió algún error, el error se mantiene en la pintura. El reino apacible resulta de la combinación de realismo explícito y de fantasía poética, con la honestidad de un pintor autodidacta.
Si bien la composición del cuadro es "primitiva", el tema está lleno de riqueza. El cuadro tiene dos mensajes, uno se relaciona con la historia colonial de E.U.A., y el otro con el Antigua Testamento. En primer plano, aparece una congregación de animales y niños, relacionados con el capítulo IX del libro de Isaías:
Habitará el lobo conjuntamente con el cordero; y el leopardo estará echado con el cabrito; y el becerro y el leonzuelo y la oveja andarán juntos, y un niño será pastor.
La vaca y el oso irán a los mismos pastos y sus crías estarán echadas en un mismo sitio; y el león comerá paja como el buey.
Y el niño que aún mama jugará en el agujero de un áspid; y el recién destetado meterá su mano en la madriguera de un basilisco.
En un segundo plano, al fondo, aparece William Penn, concluyendo su tratarto con los indios, en el inició de E.U.A.
El cuadro es una alegoría político, sociológica y bíblica, en el que se refleja la concordia entre razas y especies, visión propia de un predicador cuáquero que plasma su fe en la buena voluntad, la paz y la concordia. Es un cuadro lleno de simbolismos, humanos y animales, según este ideal, en algún momento, podríamos convivir unos con otros. Lo mismo sucede en la convivencia entre razas distintas, en algún momento podríamos alcanzar una armonía plena y considerarnos todos como iguales, como humanos. Esta es una de las características del inicio de una nación que con el tiempo se convertirían en la más poderosa del planeta.
Fuente: Apreciación estética, pintura. Preparatoria Abierta, SEP.
La libertad no hace felices a los humanos..., simplemente los hace humanos.
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